miércoles, 5 de diciembre de 2012

UN ASOMO A LA CULTURA MAYA…


O tra de las culturas que alcanzaron su esplendor en el periodo Clásico fue la cultura maya. La zona maya estaba dividida en muchas ciudades-Estado las cuales eran señoríos. Los mayas habitaron una extensa zona, que reúne climas diversos, formada por los actuales estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán Y Quintana Roo, así como los países centroamericanos de Belice, Guatemala, El Salvador y Honduras. Construyeron ciudades y centros ceremoniales en varios lugares entre los que destacan: Palenque, Yaxchilán, Edzná, Labná, Sayil, Kabah, Cobá, Dzibilchaltún, Toniná, Mayapán, Chichén Itzá, Tulum, Uxmal, Tikal y Bonampak. Algunos pueblos mayas vivían en la selva, pero otros vivieron en zonas secas donde el agua se obtenía de unos pozos naturales llamados cenotes.


 Al igual que los demás pueblos mesoamericanos, el pueblo maya era agricultor; su principal cultivo fue el maíz, el cual era tan importante que estaba relacionado con sus creencias religiosas, pues pensaban que los dioses habían hecho a los hombres con masa. Además, sembraron tubérculos como la yuca, el camote, la malanga y la jícama; cultivos como frijol, calabaza, chile, chayote, tomate, cacao, algodón, henequén y tabaco. El auge maya se localiza entre el año 200 y el 800 de nuestra era y un fenómeno semejante al de Teotihuacan hizo que las ciudades del área fueran abandonadas. Los mayas lograron una innovación arquitectónica importante con el uso de la bóveda falsa. Las casas se ubicaban alrededor del centro ceremonial. Sus templos, observatorios, juegos de pelota y demás edificios estaban distribuidos sobre plazas y patios de piedra ornamentados en estuco. Sus bajorrelieves y estelas se encuentran entre las muestras de arte más bellas. La pintura mural, sobre todo en Bonampak, revela sus costumbres.

UN ASOMO A LA CULTURA MAYA…


O
tra de las culturas que alcanzaron su esplendor en el periodo Clásico fue la cultura maya. La zona maya estaba dividida en muchas ciudades-Estado las cuales eran señoríos. Los mayas habitaron una extensa zona, que reúne climas diversos, formada por los actuales estados de Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán Y Quintana Roo, así como los países centroamericanos de Belice, Guatemala, El Salvador y Honduras. Construyeron ciudades y centros ceremoniales en varios lugares entre los que destacan: Palenque, Yaxchilán, Edzná, Labná, Sayil, Kabah, Cobá, Dzibilchaltún, Toniná, Mayapán, Chichén Itzá, Tulum, Uxmal, Tikal y Bonampak.







Algunos pueblos mayas vivían en la selva, pero otros vivieron en zonas secas donde el agua se obtenía de unos pozos naturales llamados cenotes. Al igual que los demás pueblos mesoamericanos, el pueblo maya era agricultor; su principal cultivo fue el maíz, el cual era tan importante que estaba relacionado con sus creencias religiosas, pues pensaban que los dioses habían hecho a los hombres con masa. Además, sembraron tubérculos como la yuca, el camote, la malanga y la jícama; cultivos como frijol, calabaza, chile, chayote, tomate, cacao, algodón, henequén y tabaco.

El auge maya se localiza entre el año 200 y el 800 de nuestra era y un fenómeno semejante al de Teotihuacan hizo que las ciudades del área fueran abandonadas. Los mayas lograron una innovación arquitectónica importante con el uso de la bóveda falsa. Las casas se ubicaban alrededor del centro ceremonial. Sus templos, observatorios, juegos de pelota y demás edificios estaban distribuidos sobre plazas y patios de piedra ornamentados en estuco. Sus bajorrelieves y estelas se encuentran entre las muestras de arte más bellas. La pintura mural, sobre todo en Bonampak, revela sus costumbres. La sociedad estaba dividida en grupos sociales. En la iconografía destaca la distinción entre los personajes ricamente vestidos y los humildes en actitud de sumisión.





La gente del pueblo era la más numerosa, vivía en chozas hechas con troncos de árbol, palma y barro. Los artesanos y agricultores pagaban tributo a sus gobernantes y desempeñaban tareas productivas. Sus instrumentos eran de piedra pulida. La alfarería y los textiles alcanzaron gran desarrollo. Además de tejer algodón, aprovecharon el henequén para hacer sacos y suelas de sandalias. Utilizaron las resinas del copal, el caucho y el chicle y las propiedades colorantes del añil y del palo de Campeche. El trabajo agrícola estaba dirigido por los sacerdotes, quienes por sus conocimientos calendáricos señalaban las fechas apropiadas para cada labor.

La variedad geográfica de la región favoreció el intercambio y permitió obtener cosas que no se producían localmente. De tierras guatemaltecas salían maderas preciosas, pieles, plumas de quetzal, copal, jade, turquesa y obsidiana. Las tierras altas de Chiapas sobresalían por su añil, cobre, vainilla y ámbar. Honduras se caracterizó por el cacao y los vasos de alabastro. Yucatán por maíz, sal, cera, algodón, pescado salado, henequén y plumas de aves acuáticas. Otros objetos provenían del Valle


de México, Oaxaca y la costa del Golfo. La mayor parte del comercio se realizó por medio del trueque, aunque los mayas utilizaron como moneda algunos artículos como: cacao, cuentas de jade, conchas marinas, etc. Los comerciantes llegaron a ocupar un lugar privilegiado en la sociedad.

Los mayas destacaron por su sabiduría. Fueron excelentes artistas, pintores de murales y escultores. Desarrollaron un sistema de escritura mediante dibujos (jeroglíficos) que representaban ideas, palabras o sonidos. Además, son reconocidos como magníficos astrónomos y matemáticos. Tenían un sistema numérico vigesimal basado en el 20, a diferencia del sistema decimal que se basa en el 10. Además, entendían el concepto de cero y desarrollaron el sentido posicional, es decir, que el valor del signo dependía del lugar donde se colocaba.

Fascinados por el cielo y la armonía del cosmos, los mayas observaron incansablemente el firmamento. Poseyeron construcciones con fines astronómicos y fueron sabios en el movimiento de los astros. La religión era el núcleo que daba sentido a su vida y sus dioses eran semejantes a los de todo pueblo agrícola. Los grandes ritos colectivos tenían lugar en plazas y patios situados frente a los templos. Los libros de Chilam Balam y el Popol Vuh, escritos después de la conquista, nos muestran las historias, leyendas y tradiciones del pueblo maya.

v  PERÍODO CLÁSICO
C
on el paso del tiempo las aldeas se convirtieron en ciudades y se conformaron las distintas culturas mesoamericanas; las cuales crearon sus religiones y leyes, produjeron formas propias de arte, avanzaron en las ciencias e inventaron sistemas de escritura y numeración. En este periodo, llamado Clásico, los dirigentes eran sacerdotes que conocían a fondo la astronomía y las matemáticas.
El notable desarrollo de la región mesoamericana, durante el periodo Clásico que abarca del año 200 al 800 d.C., tuvo lugar en varios centros como: Teotihuacan, algunas ciudades mayas, zapotecos y mixtecos, el Tajín al norte de Veracruz y Xochicalco en el actual estado de Morelos. Es el tiempo de esplendor de numerosas ciudades en las que se construyeron grandes centros ceremoniales orientados con los movimientos de los cuerpos celestes, pues creían que los astros decidían el destino de los seres humanos.

v  PERÍODO POSCLÁSICO

A
 fines del período Clásico, hacia el año 900 d.C., los grandes centros ceremoniales fueron abandonados iniciándose una época de grandes migraciones, mezcla de pueblos, desorden y guerras, que sólo terminaría con el establecimiento de una nueva civilización, la de los toltecas en Tula.

A partir de esta etapa de lucha, en la cual se dispersó la población de las antiguas ciudades y llegaron nuevos grupos de pobladores, se inició lo que los historiadores llaman periodo Postclásico.

El periodo Postclásico comprende desde el año 900 d.C., hasta la caída de Tenochtitlan en manos de los españoles en 1521 d.C.; la división es aproximada, pues se trata de cambios que no se produjeron en un momento preciso sino que fueron graduales. Este periodo se caracteriza por la invasión de grupos seminómadas que provenían del norte, de la vasta extensión de Aridoamérica, tal vez atraídos por la riqueza de las ciudades mesoamericanas. Los recién llegados, que eran cazadores-recolectores, se mezclaron con los pueblos sedentarios, asimilaron muchos elementos de las culturas clásicas y se adueñaron de sus poblados, conocimientos y tradiciones.




No se sabe qué ocasionó el colapso de las ciudades que florecieron durante el periodo Clásico, es posible que varias causas se hayan conjugado para que los habitantes abandonaran Teotihuacan, Monte Albán, Tikal y Palenque. Algunos sitios como Cacaxtla, Xochicalco, Cholula y El Tajín lograron sobrevivir y significaron áreas de refugio.

Como parte del reacomodo demográfico los teotihuacanos emigraron y los mayas del centro se trasladaron a la península de Yucatán. Esto produjo una renovación cultural en el Posclásico, época en la que florecieron grupos como los toltecas, mexicas, mayas, huastecos, totonacos, tarascos y mixtecos






v  TEOTIHUACAN

E
n el noreste del valle de México, algunos grupos se instalaron en el valle de Teotihuacan para formar algunas aldeas agrícolas, aprovechando los manantiales y las tierras fértiles del lugar. Cerca de Teotihuacan se encontraban importantes yacimientos de obsidiana, cristal volcánico de color negro usado para fabricar herramientas e instrumentos de trabajo; gracias a eso, Teotihuacan extendió su dominio a muchos lugares. La gente del pueblo se dedicaba, fundamentalmente a la agricultura; cultivaba maíz, frijol, chile y calabaza.

El desarrollo de Teotihuacan fue lento. Hacia el año 400 a.C., la población constituía un asentamiento de unas cuantas aldeas a las que se sumarían los sobrevivientes de Cuicuilco, los cuales contribuyeron a engrandecer la ciudad. Este centro ceremonial alcanzó su máximo esplendor entre los años 350 y 650 d.C.





La fuerza de la organización teotihuacana, y de otras culturas clásicas, derivaba de la religión. En Teotihuacan se veneraron dioses como: Tláloc (dios de la lluvia) y Quetzalcóatl (señor del viento y de la aurora), que posteriormente fueron adoptados por otros pueblos.



La grandeza de este Estado teocrático se produjo gracias al poder político ejercido por los sacerdotes, quienes monopolizaban los conocimientos, cumplían las funciones religiosas, controlaban la administración, la producción y el comercio. Teotihuacan fue una gran sede comercial. Construyó canales para la irrigación de sus parcelas y llegó a controlar la producción de toda la cuenca de México. Se hicieron grandes plazas, habitaciones para los sacerdotes, una calle principal conocida como Calzada de los Muertos y grandes templos dedicados al Sol, la Luna y Quetzalcóatl. Las paredes de los templos se aplanaban con una masa de yeso y arena, llamada estuco, sobre la cual pintaban murales. Alrededor del centro ceremonial vivía la gente del pueblo.


Los artesanos teotihuacanos fueron muy apreciados en Mesoamérica; hicieron vasijas, ollas, platos y vasos que se diferencian de la cerámica de otras culturas por el color y el decorado. Cerca de Teotihuacan se encontraban importantes yacimientos de obsidiana, cristal volcánico de color negro usado para fabricar herramientas e instrumentos de trabajo. Con la obsidiana y el jade tallaron máscaras, cuchillos, orejeras, collares y figurillas; también trabajaron la concha y el hueso.

El poderío de los teotihuacanos se eclipsó intempestivamente, entre el año 650 y 700 d.C. Teotihuacan sufrió una gran emigración de la que se desconocen las causas. El único rastro de su cultura se depositó en los toltecas, los cuales conservaron muchos de sus rasgos y harían gala de haberse convertido en sus descendientes.




LINCOGRAFÍA







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